Cualquiera que haga una primera aproximación al satanismo o haya navegado en busca de contenidos relacionados, se habrá topado con multitud de páginas o videos donde se habla de invocaciones a demonios concretos con un complejo ritual explicado con todo lujo de detalles por un youtuber o por el autor de la página. Igualmente, en algún momento os habrá salido el término “Ars goetia”, haciendo alusión a un texto atribuido nada más y nada menos que al rey Salomón, aunque, en realidad, se trate de un grimorio del s. XVII. Supuestamente con determinadas artes mágicas se podría invocar a demonios y “tenerles a raya” para que sirvan a tus intereses, aunque sin olvidar que son demonios y piden algo a cambio y, si no te proteges con ciertos ritos, podrían acarrearte problemas. Ya el hecho de atribuir a un rey judío dichos conocimientos nos sitúa, como diría nuestro periodista y satanista español Javier Cavanilles, en lo que se denomina “satanismo (judeo)-cristiano” (el “judeo” lo he puesto yo). Es decir, en la visión que la tradición judeo-cristiana tiene de Satán y sus huestes como principio del mal. Recordemos que el satanismo ateísta presenta a Lucifer como motor de liberación del ser humano. Por otra parte, detectamos un segundo problema: la abundancia de detalles sobre el nombre de cada demonio, el título nobiliario que posee (rey, duque, conde, marqués…), las ofrendas que acepta, su sigilo, etc, etc. Si lo pensamos bien, no estamos tan lejos de aquello que criticamos a las revelaciones de las religiones. Precisamente nos parece abusivo cuando creen saber con tanta exactitud lo que dios piensa, el número de divinidades o personas que hay o cómo es el paraíso al que se va después de morir. Siento de veras si los satanistas teístas se sienten ofendidos por estas palabras pero, como ateístas cuya misión es liberarnos de estas esclavitudes religiosas e intelectuales, tenemos el deber de advertir que también cierto sector del satanismo está lleno de fantasías y, por qué no decirlo, de reglas y normas que pueden llegar a crear obsesiones y miedos en algunos practicantes de este tipo de magia. Este que os habla tiene conocimiento directo de personas cuya salud mental se ha quebrado por conceder demasiado crédito a estas prácticas, llegando a quitarse la vida por miedo a los ataques de demonios.
Por cierto, os recuerdo que estamos en Instagram y allí tenéis varios reels con el tema “Satanismo y libertad”.



